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Tierra larga
Felipe Sasso. Ediciones del Gato, 2021, 137 páginas.
LUN, 18 de marzo de 2022
El paisaje es parte esencial de estos relatos de Felipe Sasso. Tierra larga es un libro sombrío, donde la vida se experimenta de modo aletargado, somnoliento, y en el que cada personaje se ve arrastrado por los espacios que los acosan y que determinan sus vidas presentes y futuras.
Lo que impresiona es que, pese a esta atmósfera decadentista, lo que menos hay en estas narraciones es desesperanza. Sasso presenta a una serie de personajes que, si bien parecen perdidos o faltos de un propósito, poseen una enorme voluntad de sobrevivencia, unida a una capacidad de asombro, por lo que pasan de la indiferencia a la fascinación como etapas de un proceso de auto-conocimiento siempre abierto.
Junto con los contextos, uno de los niveles mejor elaborados del volumen son los personajes. "Margarita Arancaya quiere ir a Marte" es una de las grandes piezas del conjunto. La protagonista es una niña aymara, estudiosa, cumplidora, que disfruta con el aprendizaje. Por ello, con total delicadeza ha dedicado su tiempo a elaborar su tarea —una réplica a escala del planeta Marte—, pero le queda un largo viaje hacia la escuela. Con una prosa desnuda y una mirada siempre pegada a la protagonista, la historia nos adentra en la grandeza de lo cotidiano sin glorificar ni menos victimizar al personaje.
La fuerza de lo rutinario está siempre presente en estos relatos, que tienden a focalizarse en hombres solitarios. En "Bosque de olivillos", otro de los puntos altos del libro, el narrador observa al protagonista que acaba de salir de la cárcel y señala: "Le gustaba eso, tener un objetivo, aunque fuera algo insignificante como encontrar una dirección; era un cambio importante respecto a su vida en la cárcel, donde la monotonía de la rutina lo ahogaba casi tanto como el encierro mismo". Este y otros protagonistas no buscan eliminar la rutina, sino cambiarla por otra, permitiendo que emerja una idea casi paradójica de la libertad. La rutina les otorga arraigo, seguridad, desvinculación con los riegos del día a día.
Un personaje frecuente en estas narraciones es un joven periodista. Se trata de un tipo entusiasta, pero algo ingenuo, pues posee altos valores sobre el ejercicio periodístico. "Circo pobre" nos ubica en un diario regional, donde hay pocas ventas y todos hacen de todo, particularmente en lo que respecta a un estudiante en práctica. "La cueva" también tiene a un periodista protagónico que trabaja para una revista de viajes y que vive una extraña experiencia en un bosque de la Patagonia. La descripción de la naturaleza es profunda, detallista, lo que permite que se pueda leer en clave fantástica. El tercer relato con un periodista, esta vez de coprotagonista, es "La visita". La historia está centrada en un anciano que vive aislado por voluntad propia. Su vida calma es interferida por la llegada de un afuerino, el periodista. Si bien el perfil del anciano es acertado, todo lo demás es frágil y apurado en su resolución; además, no se profundiza en el personaje secundario.
Hay relatos breves que requieren sin duda reelaboración; sin embargo, al mismo tiempo, hay otros destacables en su factura e incluso impecables, como "Lo malo del fin del mundo". En su conjunto, el volumen posee más aciertos que debilidades y destaca por una prosa íntima, que va mezclando velocidad y calma, para construir un enfoque minimalista que termina iluminando existencias y vindicando la soledad.
Felipe Sasso, periodista de profesión, nació en 1986 en San Vicente de Tagua Tagua. "Tierra larga" es su primer libro.

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